Mi alma tiene sed de Dios

1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Salmo 42:1-3

La torre fuerte el nombre de Jehová

10 Torre fuerte es el nombre de Jehová;
A él correrá el justo, y será levantado.

11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada,
Y como un muro alto en su imaginación.

12 Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre,
Y antes de la honra es el abatimiento.

Proverbios 18:10-12

Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo

11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;

13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Romanos 10:11-13

Herederos de Dios y coherederos con Cristo

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Romanos 8:16-18

El rey de gloria

1 De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.

3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?

4 El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.

Salmo 24:1-4

Quien me ciñe de poder es Dios

32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;

33 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;

34 Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.

Salmo 18:32-34

Oración de Jesús por los discípulos

1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;

2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Juan 17:1-3

La transfiguración

5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.

6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.

7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.

8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.

Mateo 17:5-8